domingo, 22 de enero de 2012

¡Alerta! Abre el primer laboratorio de bioterrorismo en el Caribe (y no es en Cuba)

 Por Gerardo E. Alvarado León


El toque inicial de misterio lo dan los árboles a orillas de la calle que da acceso a la estructura; son tan frondosos que crean un túnel natural por el que apenas pasa luz aunque sea mediodía.
Luego, un portón se abre. Un guardia de seguridad nos pide identificarnos e indica dónde estacionarnos. Aquí, en algún punto del área metropolitana entre San Patricio y Puerto Nuevo, está el primer laboratorio de bioterrorismo de Puerto Rico y el Caribe, ubicación que, “por razones de seguridad”, nos comprometimos a no divulgar.
El mismo guardia que nos recibió nos escolta hasta la entrada, donde nos esperaban el secretario de Salud, Lorenzo González; el director de la Oficina de Bioseguridad de Salud, Johnny Colón, y varios de los nueve empleados del laboratorio, cuyo nombre oficial es Laboratorio de Emergencias Biológicas y Químicas de Puerto Rico.
La estructura rectangular no despierta emociones. Sus paredes metálicas blancas son a prueba de incendios. No hay ventanas, ni cuadros colgando... solo 10 palmas rodeadas de helechos avivan la escena. El piso del laboratorio retumba mientras caminamos.
De inmediato, González y Colón advierten que, “también por razones de seguridad”, los empleados del lugar se identificarían solo por sus apellidos, ya que son “figuras claves” en caso de un atentado terrorista.
Y es que, desde ahora, al lugar llegará cualquier sustancia o agente exótico con potencial de transmitirse por aerosoles y causar daño serio o la muerte a las personas, como el ántrax y los “polvos sospechosos” dejados en sobres en el Capitolio. Antes, según González, estos agentes se analizaban fuera del País y los resultados tardaban hasta tres semanas en llegar. Ahora se obtendrán en dos o tres días.
Colón agrega que las muestras serán manipuladas por personal “altamente adiestrado”, que, a su vez, adiestra a quienes las traen al laboratorio. De hecho, quienes traen muestras al laboratorio, incluyendo las de sangre, orina y plasma, las dejan -escoltados por un guardia- a través de un conducto. Según su tipo, las muestras van a las áreas de biología o química.
Además de agentes tóxicos, en el laboratorio se identifican compuestos orgánicos volátiles, metales pesados, resina y cianuro, entre otros.
El laboratorio también maneja agentes patógenos, como las pruebas diagnósticas de dengue y los diversos tipos de influenza. Esto, a juicio de los funcionarios, mejora el diagnóstico de las enfermedades y redunda en que los pacientes sean tratados más rápido.
Centro investigativo
Laboratorio de Nivel de Seguridad Biológica - 2
Maneja agentes de peligro moderado hacia las personas y el ambiente, como las pruebas de dengue e influenza.
Laboratorio Nivel de Seguridad Biológica - 3
Maneja agentes exóticos, virus o bacterias que puedan causar daño serio o la muerte a las personas, como el ántrax.
Laboratorio Nivel Químico - 2
Cuenta con equipo especializado para identificar sustancias químicas peligrosas, como compuestos orgánicos volátiles y metales pesados.

OTROS DATOS DE INTERÉS

El laboratorio costó de $7 millones.
Tiene nueve empleados.
Opera con fondos federales.
En caso de actos terroristas, enfermedades infecciosas y otras amenazas a la salud pública, coordinaría la repartición de antídotos y medicamentos que están almacenados en 12 localidades secretas. En el futuro serán 24 localidades.

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